
Con el pasar de los años la carillas se ven afectadas por diversos procesos degenerativos, al igual que otras articulaciones del cuerpo humano. En la foto de la izquierda se observa claramente una faceta (superficie en rojo).
En numerosos estudios se ha podido comprobar que las anomalías facetarias que se pueden encontrar en un TAC o resonancia magnética no tienen , la mayoría de las veces, relación con el dolor de espalda.
Que es lo mismo que decir que con un estudio radiológico, por sofisticado que sea, no se puede diagnosticar un dolor de carillas
o facetas.
Este concepto es de fundamental importancia ya que la mayoría de los pacientes cree que si le duele la espalda y le han encontrado una alteración de las facetas en la resonancia, se ha encontrado la causa de su malestar.
Buena parte de la responsabilidad la tenemos los médicos a la hora de fomentar estas falsas tesis.
Lo que si está debidamente estudiado y documentado es la clínica de un síndrome facetario lumbar que así se resume:
tensión paraespinal
dolor con los movimientos que afectan a la carilla
dolor de cadera, nalga o lumbar con test de Lassegue
falta se síntomas radiculares
Es muy importante puntualizar que en caso de síndrome facetario lumbar el dolor casi nunca baja de las rodillas y que en las piernas no hay falta de fuerza. Es un dolor que se percibe como sordo, mal localizable, presente en la zona lumbar, en nalgas, a veces se irradia hasta los muslos; puede empeorar estando de pie o sentado y con los movimientos de extensión de la columna.
Pero aún así no se puede hacer diagnóstico de síndrome facetario y proceder a la "rizolisis".
La literatura demuestra que para acercarnos lo mas posible a un diagnóstico correcto hay que realizar el bloqueo con anestésico local da la faceta articular; si, despues de haber infiltrado la carilla con anestésico local el paciente refiere que el dolor ha desaparecido, entonces sí estamos probablemente delante de un dolor de síndrome facetario.
Para aumentar el grado de fiabilidad se deberían realizar dos bloqueos con anestésicos locales distintos y registrar la duración de la analgesia.

Otra localización muy frecuente de síndrome facetario es la columna cervical, aquí los pacientes notan dolor en el cuello, en los hombros, en las escápulas y muchas veces una cefalea te tipo tensional. El dolor no debería llegar a las manos. A nivel diagnóstico vale lo mismo que en zona lumbar, es preciso realizar uno o dos tests con anestésicos locales.
Una vez que se ha llegado correctamente a determinar que las facetas son el origen del dolor y este dolor es crónico, es decir han pasado ya 4-6 meses, los fármacos y la rehabilitación no han resuelto el cuadro, entonces es aconsejable someterse a una rizolisis.
En este contexto es el tratamiento estrella y con una evidencia científica mas que suficiente.
¿En qué consiste una rizolisis?

La técnica es percutanea, con el uso de sedación y de anestésicos locales es muy poco molesta.
Por cada faceta dolorosa es preciso realizar dos o tres lesiones en distintos niveles. Cuando el diagnóstico ha sido realizado de forma correcta la denervación puede dar resultados durante un año.
Sucesivamente se puede repetir.
Se trata de una técnica muy segura cuando el médico tiene una sólida experiencia, las complicaciones son realmente mínimas. En los últimos años, he podido observar en mi consulta, que se ha abusado mucho del diagnóstico de síndrome facetario y por consecuencia de la rizolisis. Ésta se ha vendido como panacea para el dolor lumbar sin y con irradiación, llevando a resultados decepcionantes. En buenas manos el síndrome facetario es un diagnóstico relativamente fácil, puede requerir una o dos sesiones, y la rizolisis es una técnica rápida y mínimamente molesta que se efectúa de forma ambulatoria.