martes, 6 de septiembre de 2016

Dolor lumbar: primeros resultados en el empleo de plasma rico en plaquetas (PRP)

Dr. Marcello G. Meli

El dolor de espalda axial, es decir, el que no se irradia por debajo de las rodillas, se origina con mucha frecuencia en el disco intervertebral. Aunque no sea la primera causa de dolor axial por frecuencia, seguramente está implicado, aunque sea indirectamente, en la génesis de la gran parte de las lumbalgias.

Ya en 1991 Bogduk hipotetizaba que el disco, per se, pudiera ser causa de dolor debido a la inervación sensitiva encontrada en su anillo exterior. Hoy, sabemos que el disco puede ser doloroso en presencia de fenómenos de deshidratación del núcleo, y también cuando su anillo fibroso exterior presenta fisuras o francas rupturas. Además, la merma de su función mecánica puede llevar a una sobrecarga de las articulaciones facetarias, con la consiguiente hipertrofia de las mismas, del ligamento amarillo, en definitiva puede llevar a un cuadro de estenosis del canal a nivel central y foraminal. No hay que dejar de mencionar que existen innumerables casos de personas con cambios radiológicos típicamente asociados a dolor, que permanecen asintomáticos.

Los tratamientos más comunes para este tipo de condición, descrita técnicamente como “dolor discogénico” (donde es el disco "lo que duele"), incluyen fisioterapia, rehabilitación, infiltraciones epidurales, quiropraxia, medicación analgésica... La cirugía de fusión vertebral y la de sustitución con prótesis discal no han demostrado hasta ahora superioridad con respecto al tratamiento más conservador (Wei).


Recientemente un grupo de investigadores liderado por Levi de la Standford School of Medicine ha publicado unos resultados muy interesantes sobre el empleo de una nueva solución terapéutica. Lo publica la revista Pain Medicine, con una excelente reputación y rigor científico reconocido. El grupo de investigadores seleccionó a 22 enfermos con dolor discogénico a los que inyectó plasma rico en plaquetas, en una sola ocasión. Para medir los resultados se emplearon la escala numérica del dolor (se daban por positivos si el dolor bajaba de un 50%) y el Oswestry Disability Index (se consideraban positivos si había un 30% de mejoría). Los pacientes fueron mostrando resultados alentadores a medida que pasaba el tiempo. De hecho tras un mes había mejorado sólo el 14%, mientras que a los seis meses el resultado positivo se extendía al 47% de la muestra.

Desde el punto estrictamente estadístico y metodológico este estudio tiene varios puntos débiles, pero los resultados obtenidos son similares a otros estudios del mismo perfil. Todo ello nos tiene que animar a seguir investigando en esta dirección y a producir resultados que puedan repercutir positivamente en el tratamiento del dolor discogénico de nuestros pacientes. La medicina regenerativa puede ser una herramienta novedosa en el combate contra la lumbalgia.