miércoles, 4 de mayo de 2016

La Medicina Bioregenerativa en Lesiones Deportivas

Dr. Marcello G. Meli


A partir del año 2009 muchos deportistas comenzaron a recurrir a un tratamiento novedoso para la recuperación de las lesiones agudas y crónicas creadas por el sobreesfuerzo y las repeticiones. En concreto, Rafa Nadal pudo recuperarse del dolor de rodillas que le afectó después del Open de Australia de 2013. El tenista recurrió a un pionero en este campo, el doctor Mikel Sánchez, para recibir inyecciones de PRP (Plasma Rico en Plaquetas). Cristiano Ronaldo, diversos jugadores de la liga americana de fútbol y varios miembros de la NBA también han recurrido a este tratamiento.


Algunas de las lesiones deportivas que con más frecuencia se someten a la infiltración de PRP son las tendinopatías de codo, de rodilla y de hombro, la fascitis plantar, la tendinitis aquílea, las lesiones musculares y las lesiones ligamentosas de la rodilla. Esta técnica consiste en extraer sangre entera del enfermo, y centrifugarla a una velocidad concreta, obteniendo en la probeta varias fracciones. La que tiene interés para la curación de la lesión es el plasma rico en plaquetas, que concentra hasta cinco veces más de estas pequeñas células (si el recuento normal en sangre es de 250.000 plaquetas/ml, después de la centrifugación obtenemos más de un millón/ml). Este producto biológico se inyecta en la zona de la lesión, previa ruptura de la membrana plaquetaria, donde se busca la estimulación de los procesos de curación normales.


Las plaquetas contienen numerosos mediadores químicos que no son otra cosa que señales para que otras células, en este caso las células de reparación, inicien el proceso. Es como si les diéramos un buen café expreso. Potenciamos y multiplicamos un evento biológico que ocurre de forma natural en nuestro organismo toda vez que haya que arreglar algún tejido.


Existen variantes de este método básico en las que se intenta aumentar la concentración de plaquetas por cada ml, o en las que se introducen también leucocitos, o en las cuales se inyectan las plaquetas íntegras, u otro método que prevé la liberación de antiinterleukinas-1... Hay además otros tratamientos en fase precoz que utilizan células madre obtenidas de la grasa o de la médula ósea.

Los estudios efectuados hasta ahora reportan resultados prometedores, así como los casos de famosos deportistas que han podido reanudar su actividad profesional. Pero cuando pasamos por la criba despiadada de la MBE (Medicina Basada en la Evidencia) no podemos sacar las mismas conclusiones. Una revisión publicada en Clinics in Podiatric Medicine and Surgery en 2015, realizada sobre 19 RCT (Randomized Controlled Trials) sobre lesiones del deporte donde se evaluaba la respuesta al dolor, no demostró la superioridad del PRP respecto al placebo, la sangre entera, el plasma pobre en plaquetas o el dry needling. Es obvio que estos resultados se deben a la falta de estudios y a la enorme dificultad metodológica que entraña esta materia.

Es cierto que el sentido común de momento nos sugiere que antes de recurrir a una técnica más agresiva, como la cirugía, el uso de la medicina bioregenerativa para recuperarse de las lesiones del deporte está plenamente justificado. Nuestra experiencia diaria nos enseña que en la mayoría de lesiones tendinosas y del cartílago articular esta disciplina devuelve la funcionalidad, y que en casos bien seleccionados reduce el dolor.